El libro propone una conversación sobre lo que se tiene (abrazos, ideas, miedos y deseos) y además invita a conocer el mundo desde las emociones.
La oveja no es ese animal del que se saca la lana, sino uno que se puede abrazar.
El verbo TENER protagoniza lo dicho, buscando la idea de que tener no solo habla de objetos materiales, sino que se tiene lo que se imagina y lo que se siente y emociona. Abrazamos una oveja inventada y con ella podemos hacer muchas cosas, ponerle un nombre.