No hay nada más fantástico que tener a Hugo como mejor amigo. Aparece en el lugar menos pensando apenas mamá se va y me quedo solo. A veces jugamos a las escondidas, a las sombras chinas o a que él me come. Otras veces dejamos pasar el tiempo juntos… hasta que llega mamá y Hugo tiene que esconderse rápido como un rayo. Hugo es un monstruo, ¿les dije?, así que mamá no puede verlo. A mí me encanta que sea un monstruo, porque me protege de todos los otros monstruos y de cualquier pesadilla. Con Hugo éramos inseparables… hasta que mamá y yo tuvimos que mudarnos. Desde ese día, una pregunta ocupa mi mente: ¿los monstruos son de las casas o de los niños que pensamos en ellos? Sé que a Hugo le encantaría la nueva casa. A veces pienso que no voy a volver a jugar con él nunca más. Si mi mejor amigo tan solo apareciera… ¿lo hará?