Un niño está encantado con el vestido verde que su mamá usa para ir a las fiestas. Se imagina otra ropa con esa tela mágica. Un día decide ponerse el vestido sobre su equipo de fútbol y sale a jugar con sus amigos. En la plaza se encuentra con que hay códigos que no son tan fáciles de entender. Y todavía tiene que volver a casa con el vestido cubierto de barro...
"Cuando uso el vestido de mamá me observo en todos los espejos de la casa. Hago muecas y hablo como si fuera otra persona. Es muy divertido."